Decime que es lo que hago
para aliviarte esta pena,
para dejar de llorar
y verte feliz y abierta a la magia
de esta vida de grandes miserias
y grandes ilusiones
donde sólo uno es quien escoge
si morir de alegría o de dolor.
Donde hay tantas razones
y tantas causas
y tanta cosa buena
que no me dan los sentidos para disfrutarlas
para aprehenderlas y desarmarlas
para gastarme en la alegría
de sentirme dueña
de tanta hermosura
y tanta tristeza,
tanta cosa suelta,
pero siempre mía
y siempre dueña plena.