Te espero todas las noches
alrededor de las 12
como a la cenicienta.
Te espero puntual
como siempre
y como tantas veces
como en verdad no fuiste nunca.
Te espero aunque se que no vas a estar
porque no
y porque ahí jamás
porque aunque estuvieras
yo no sabría que hacer
con tanto yo y tanta nada.
Y sin embargo
te desespero
eso si y más de esa forma
en tus lugares habituales,
en todo vos
y esa mirada.
Tanta espera,
eso,
más que nada.