Como explicar esta sensación de que una vez que se empieza a escribir se transforma en una adicción. Que con la cabeza llena de ideas, de flores, de burbujas, a cualquiera se le revoluciona el corazón.

Vistas de página en total

viernes, 25 de febrero de 2011

El pueblo que ya no podía llorar

Un día se levanta una con el corazón como arrugado y esas ganas de llorar. Y las opciones son dos: o apretas el alma y salís a andar ignorando la sensación, o desatás los sentimientos ahí mismo, en el preciso momento en que la vida entera se te llena de agua. Esto es, por supuesto, una difícil decisión. O se asume la cobardía de no querer enfrentar al corazón por miedo a ahogarse entre tantas lágrimas, o se toma una posición de tristeza asumida, de reposada pena representada en la comedia del llanto.
Ella optó por la segunda opción, y rompió a llorar en una apocalíptica escena que duró exactamente tres días, dos horas y diecisiete minutos. Y si dejó de llorar no es porque se le acabara la tristeza, sino porque ya no tenía mas lágrimas que derramar.Se había acabado su dotación mensual de pena y no le quedaba otra opción que esperar hasta que el stock se llenara de nuevo y poder así dar rienda suelta a su impulso de dramática sinceridad.
Sin embargo, ella no contaba con que el cielo percibiera su soledad. Se sorprendió entonces, al igual que el resto del pueblo, cuando al probar tímidamente una gota de lluvia la encontró salada; no salada como el agua del mar, sino salada como las lágrimas que saben a tristeza y a vida. Esta lluvia duró diez días; diez días en que los habitantes del pueblo entero percibieron la pena como una niebla que los cubría, que los asaltaba en las esquinas sin paraguas, y mojaba los pasillos y regaba las plantas. Diez días en que las lágrimas brotaban en los  muebles, en los niños, en los abrazos e incluso en las alegrías.
Diez días de lluvia constante hasta que todos los habitantes dejaron de llorar y se sentaron juntos a esperar el retorno de las lágrimas. Esperando volver a ser un pueblo que pudiera llorar.

2 comentarios:

  1. Que hermosa forma de contarlo, que triste historia; yo soy de las cobardes que soportan las lagrimas y se endurecen por dentro...

    ResponderEliminar
  2. yo tmbien hasta hace un tiempo evitaba llorar. me parecia hasta tonto, porq en cierta forma eso era una manera de aceptar que estaba mal y las cosas me afectaban. Sin embargo ahora soy de la idea de que a la vida hay q vivirla con todos los sentimientos y que asi como esta permitido reirse libremente, tmbien deberia ser totalmente normal llorar;porq eso tmbien es parte de esta vida y es asi como hay q sentir las cosas, a pleno!

    ResponderEliminar